Castigo Severo
En una Abadía de Constanza los monjes cavilaban sobre la ira de Dios. El análisis de su cólera comenzó desde Adán y terminó en Eva. Señalaban que ella era la razón de la caída de su señor.
Ellos jamás sospecharon que su Dios les observaba arriba desde las nubes, muy molesto, y como castigo severo por hablar de su ira y juzgarlo les derribó la cúpula de la Abadía sobre sus cabezas.
Todos sobrevivieron, por una suerte clerical.
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